El propósito de este artículo se debe a una reflexión muy sencilla, y es que a veces damos las cosas por sentado. Asumimos que la página en la que nosotros estamos, es la misma en la que están los demás por el hecho de compartir una relación. Y resulta que muchas veces no es así, especialmente en lo que se refiere a la intimidad y por esto se generan muchos malentendidos. Cualquier negociación tiene un componente clave que son los acuerdos. ¿Será que estos aplican en el ámbito sexual?
Cada persona tiene su propia historia, tiene sus propias convicciones y definitivamente sus deseos individuales. Pero hay muchos otros temas que son compartidos y todos en la relación deberían conocerlos y así aceptarlos o rechazarlos de manera abierta.
Hay acuerdos que son explícitos, por ejemplo cuando hay votos matrimoniales y decides de cara a todos los testigos “pasar el resto de tu vida con alguien”, y jurar fidelidad entre otros y que esto será para el resto de la vida. En ese instante se convierte en la ley de la vida de éstas personas, pero qué pasa con lo que viene más adelante.
El mundo cambia, las personas también, las circunstancias un sinnúmero de cosas nos hacen evolucionar como seres humanos y si nos quedamos pegados a un papel es muy fácil que flaqueemos porque simplemente la vida no es perfecta.
Las relaciones se construyen, muchas perduran y otras no. Los acuerdos explícitos traen consigo otros implícitos, sencillamente se entiende que acuerdos como la fidelidad eterna, traen consigo que no tendrás relaciones con otros, o que no traerás a otros a la relación porque ésta, es de quiénes firmaron ese primer acuerdo. Pero qué tan cierto es esto, somos humanos y tenemos derecho a sentir cosas distintas en la medida que pasa el tiempo; sin embargo, por miedo a incumplir o fallar simplemente nos guardamos lo que pensamos o simplemente nos sometemos eternamente a esas palabras que prometimos en algún momento.
Pero la realidad es que en las relaciones, las personas piensan o asumen que están de acuerdo en muchos asuntos cuando en realidad no lo están. Mucho más cuando de temas relacionados a su sexualidad se refiere.
Un ejemplo de esto son temas unilaterales como por ejemplo, a él le gusta que ella tenga encuentros ocasionales con otros, para que disfrute, y esto lo excita. No quiere saber que pasa al detalle, simplemente que ella ha estado con otros. Ella acepta y básicamente lo hace por él y es su acuerdo mutuo. Hasta que llega un día en que ese acuerdo empieza a tener modificaciones porque el decide poner sobre la mesa que quiere estar con otras mujeres bajo las mismas condiciones.
¿Cuál es el principio en esto? Hay comunicación y hay un acuerdo inicial que ambos aprueban y disfrutan. Hasta ahí todo es perfecto, pero qué pasa cuando entra ese nuevo cambio en ese acuerdo, y resulta que a ella no le resulta positivo, por el contrario no puede imaginarlo a el con otras y le genera angustia, celos y esto empieza a afectar sus momentos íntimos juntos.
Lo hablaron y están siendo honestos, pero hubo un cambio en uno de ellos que no funcionó para el otro. ¿Cuál es el camino? Callar y aceptar, por el hecho de ser recíproca con él, o hablar y decir que no funciona y que sigan con el acuerdo inicial. O simplemente anular el acuerdo por completo por el temor que todo falle por no ceder.
No hay una respuesta correcta, porque todos somos muy distintos y nuestras relaciones también. Lo que si, es que los acuerdos deben tener algún tipo de flexibilidad, y es explorar las posibilidades desde el inicio, de manera que cuando llegue un momento como este, no sea una sorpresa, sino que sepamos que somos humanos y hoy podemos estar contentos estando solo de un lado, pero mañana el hecho de abrir una puerta nos puede abrir otras más.
Quizás lo que tiene que pasar en este caso, es que se escriban nuevos acuerdos, ya hubo algo que los incomodó y por ello deben conversarlo a fondo para establecer en qué zona se sienten cómodos. Sin duda todo esto es literatura, porque seguro estarás pensando que cuando existen sentimientos reales y profundos los libros que contienen los acuerdos tienen muchas páginas en blanco, y siempre hay lápiz y borrador para las personas que los escriben, que sin duda se aman y se respetan para reescribir esa historia. O quizás no, y por mutuo acuerdo deciden no seguir, lo que también es válido. Seguro abrirán un nuevo libro de acuerdos con alguien más que en el futuro se ajuste a sus anhelos y deseos para escribir ese nuevo listado de acuerdos.
Ten en cuenta que existen muchas palabras para los acuerdos sexuales, tú decides que tono ponerles, no todos hablamos de la misma manera cuando a sexo se refiere, pero eso si, se consciente que seguro tienen una alta carga emocional que deberás saber como manejar y que dependerá de la madurez y de la confianza que tengas en tu relación. Expresar tus preferencias sin juzgar al otro reduce la probabilidad de conflictos en caso de que descubras que tu pareja tiene una perspectiva diferente. Recuerda ser claro y directo, no temas hacer todas las preguntas que pasen por tu mente, así resulten incómodas para ambos.
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